Smile... tomorrow will be worse. Esta es la frase a la que le di vueltas y vueltas en mi cabeza desde el miércoles, temiendo lo peor. Y pasó. Ahora estoy de vuelta en la ciudad de mierda y nada mas llegar a casa tomé el diario que no llevé y me puse a escribir. Escribí que a diferencia del año anterior esta vez sí quiero enfrentar mis problemas y no soñar con huir a un templo budista zen en el Japón. Y que voy a esperar una llamada y que para mientras debo hacer algo para romper con la rutina. No hay nada más desesperante que eso. Yo que odio esperar, que no tengo paciencia y que no me gusta seguir el papel pasivo en esta relación, voy a esperar. Por eso sonrío, que mañana será peor.
La cita se la debo a Urgash, de Pretoria, África. Cada vez que hablamos siento que conozco un amigo aunque jamás nos hayamos visto a la cara.
