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lunes, 31 de enero de 2011

Año Bisiesto

No va a llegar a los cines de Guate así que tocará ir a buscarlo a Los Amates, en el centro de la ciudad, donde comúnmente encuentras todo tipo de películas piratas. Confieso que me llamó la atención ver la cinta cuando Fernanda Solórzano, una crítica de cine mexicana, hizo una reseña sobre ella y señaló "quienes pongan la mira en otro aspecto de la película, verán que el tabú que en realidad expone es la actitud condescendiente y cursi con el que el cine mexicano cuenta historias de mujeres indígenas que van a trabajar a la ciudad". Esto, en referencia a las escenas de violencia sexual que exhibe el filme que cuenta la historia de una periodista indígena oaxaqueña que vive en el DF y que, necesitada de amor, busca amantes ocasionales.

"Si, en cambio, son protagonistas de historias de superación, serán invariablemente encarnadas por actrices mestizas, de rasgos y figura “finos” –ya no se diga si, como en esta película, habrán de aparecer desnudas casi de principio a fin. Con su cuerpo sobrado en carnes, y rostro moreno y simple, Laura corta de tajo con el modelo de indigenismo light." añade Solórzano.

No he visto la película pero solo con ver el trailer quiero verla. Además, ganó la Cámara de Oro en el Festival de Cannes en 2010. Y al fin, como dice Solórzano, es un filme, que no pone a la muchacha indígena en el típico rol de "dependientas, meseras o nanas".

Y sé que normalmente nadie ve los trailers pero aquí está...

jueves, 13 de enero de 2011

Don Perfecto




A veces olvido que no existe una persona perfecta, mucho menos si se trata de un hombre. Busco al Sr. Perfecto, M lo fue una vez pero ya no. Me llamó el mismo día que conseguí el número de Julio y su llamada no causó en mí la más mínima emoción. No era así en otros tiempos.

Por otro lado el primer día que llamé a J. estaba muy emocionada. Al siguiente también, pero hoy descubro que nada ni nadie me interesa. El Sr. Perfecto no existe y aquel que lo fue un día se desvaneció completamente.

Esa búsqueda de la perfección en mis congéneres del sexo masculino con quienes a veces me encuentro cierra todas mis posibilidades de tener una verdadera relación. A veces parece que llevo una lupa con la cual examino cada defecto y cada cualidad. Una vez besé a un sapo a quien convertí en un príncipe, fue la única excepción que hice en mi vida y terminé hecha trizas cuando se fue. Ahora no tengo miedo de que alguien me hiera sino de herir a alguien que no lo merece. Mis amigas me han aconsejado darle una oportunidad a cualquier galán que se atraviese en el camino, confieso que el año pasado lo intenté un par de veces pero eran unos completos pendejos. Este año quizá deba apostar por otro pendejo y convertir a Don Imperfecto en Sr. Perfecto.

jueves, 6 de enero de 2011

Querido Diego, te abraza Quiela



Ese fue el nombre del libro, escrito por la periodista mexicana Elena Poniatowska, que fui leyendo en el bus en mi viaje a Ixcán. Quiela es "Angelina Beloff, exiliada rusa, pintora incipiente" que escribe cartas de amor a Diego Rivera, el famoso muralista mexicano, luego de que éste se marchó a México después de vivir con ella diez años en Europa. Diego se fue porque extrañaba los cielos azules de su patria y odiaba el frío de París y nunca contestó una carta suya. Ella le envió por montones. Una vez conocí a un hombre como Diego, que podía tener la mujer que él quisiera. Tenía una personalidad arrolladora, me enamoré de él en menos de diez días. Luego se marchó a Europa por cuatro años a buscar el éxito, según él. Pero mientras leía el libro pensé que no quiero ser una Angelina Beloff. No quiero extrañar a alguien toda mi vida y vivir en los recuerdos. Nadie debe hacer eso. Yo le voy a mostrar a mi Diego que puedo tener una vida a la margen de la suya. Porque no quiero ser Quiela.Y sobreponerme al destino que se me ha impuesto pero que aún puedo cambiar.

martes, 4 de enero de 2011

Besar al sapo





Cuando al fin besé al sapo descubrí que no todo es blanco y negro. Pero aún tengo mucho que aprender, de eso me di cuenta esta vez. Llegó Julio a la aldea después de tanto tanto tiempo. Apenas recordaba a Julio. Recuerdo vagamente que estaba "enamorada" de él cuando estaba en sexto grado. El era un niño q'eqchi' que había llegado a estudiar no sé porqué razón a mi escuela. Pero el enamoramiento se me pasó rápido cuando entramos a básico y llegaron otros chicos. Estudiamos tres años juntos y de esos no recuerdo nada.
El 31 de diciembre encuentro a Julio, como 10 años después sin saber de él ni recordarme de su nombre. Como cualquier joven que regresa de los Estados Unidos vino con esa costumbre de emborracharse por días y ese día estaba muy borracho. Me llamó por mi nombre, no lo reconocí. Me acompañó en el largo trayecto a mi casa y me preguntó si bailaría esa noche con él. Le dije que no. Esa noche siguió borracho.
Al día siguiente ya no estaba en su borrachera y se veía guapo. Pero no me sacó a bailar. Yo he perdido la timidez y saco a los hombres a bailar pero ese dia no me atreví. Ni al dia siguiente.
He vuelto a la capital y sigo pensando en Julio. Me siento terriblemente mal por no haber intentado ser más amable con él. Porque me parece que tenemos muchas cosas en común. Otra oportunidad perdida. Julio se va, hará su vida, no sé donde. Y yo me quedo aquí, queriendo regresar al pasado y besar al sapo.