Cada dos o tres años, la vida me da un respiro. Se presenta, muchas veces, en forma de una persona. Alguien que me saca de la rutina, del tedio. En forma de una amiga, de un posible amor, de un viaje, en fin, la vida me da un respiro.
Hoy pido ese respiro. Lo exijo. Tuve un mes muy difícil, con demasiadas tareas. Mi cuarto parece una madriguera porque no me ha dado tiempo de limpiarlo. Y entre todo eso, algo terrible. Descubro...descubro algo respecto a esta persona que me gusta tanto, me gustaba mejor dicho. Lo he eliminado inmediatamente de la red social que visito más. No quiero saber ya nada de él. Solo quiero respirar.
Septiembre 2011
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