Ya no me hace ilusión

Lo era todo para mí al punto que hubiera renunciado a mis sueños por un rato para estar con él, hubiera renunciado a mis principios y deseos más grandes para tocarle, besarle, olerlo, aunque fuera un rato. Y un día no sé cómo todo se esfumó, todo se acabó y ya no saltaba el corazón al oir el teléfono sonar. Un día pude darle la espalda y han pasado 7 meses desde que comenzó el año y me he rehúsado a verlo porque no es lo que quiero y ya no duele. Le hago caso a mi corazón y él no es quien yo quiero. Lo sé porque ya no me hace ilusión, ni pensar en él ni recordar lo vivido.