Te lo debía, Max

Bebía para deshinibirse, eso me dijo. Sospecho que había algo más profundo que el simple hecho de beber hasta casi perder la conciencia y luego escribir sus pensamientos mas negros en una hoja de papel. También sospecho que se estaba buscando a si mismo en este mundo lleno de máscaras donde todos aparentan ser. Las pocas veces que le vi llevaba un sombrero horrible y unas gafas geniales con las que parecía un...bueno, un tipo de mala muerte. "Nunca creas en los expertos" señaló. Y desde entonces, antes de entrevistar a alguien me lo repito...para no fallar en las preguntas. Se fue como se vino. Ni siquiera me dijo adiós y no he sabido mucho de él entonces. Tampoco tuvimos una verdadera conversación más de una vez. Y aún así creo que me enseñó todo lo que tenía que saber acerca de la vida...un día me prestó un libro y creí que habia desenmascarado al dolor y a la absurda existencia. Todavia lo creo, pero supongo que no podré nunca contra ella, porque a veces es más fuerte que yo. Desde entonces atisbo el horóscopo de vez en cuando para ver si anuncia otra llegada inesperada. Vano intento, pero no dejaré de hacerlo por un buen tiempo. A Max G. ahora coordinador del Commité in Solidarity with People in El Salvador (CISPES), yo sé que has cambiado muchas vidas, comenzando con la mía.

"Seguramente. Pero incluso los más dotados necesitan un iniciador. La persona que la vida pone un día en su camino, esa ha de ser por siempre amada y respetada, aunque no sea responsable. ¡En eso creo!" Albert Camus, El Primer Hombre